Algún día me dijiste que el paraíso no existía,
y te creí... ciegamente... te creí,
porque te amaba.
Otro día me dijiste que los sueños no se vuelven realidad,
y te creí... porque creí que te amaba.
Más tarde me dijiste que el amor no existía,
y te creí... por qué te fuiste?
Autor: Prison
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