y un corazón tan grande, para perdonar nuestros pecados,
y su paz, es como la brisa de los cielos,
que nos hace descansar entre sus brazos.
El verbo se hiso hombre,
enviado por su padre, el dueño de todo el universo.
Camino bajo el sol radiante,
y bajo la lluvia fría,
mostrando el camino de luz, y de humildad,
para poder llegar a la eternidad que nos a prometido.
Muchos pedían que lo crucificaran,
sin saber lo que decían,
pero en su infinito amor los perdono,
y dijo las más hermosas palabras benditas,
"No le tomes encuentra este pecado padre mío."
Hace dos mil años que su padre lo recibió en sus brazos,
pero al tercer día, resucito para que pueda estar a nuestro lado,
y darle gracias cada día, elevando una oración
por su bendita misericordia.
Autor: Mauricio "Maury" Olivares
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