Los latidos del corazón de la tierra
(Los temblores de el Salvador)
El tiempo se deshoja, con los fuertes vientos de las montañas,
haciendo que sus arroyos cambien su curso
y ahogando a los cisnes de blanco plumaje,
donde el cimiento de la esperanza
a quedado entre las heridas de la tierra,
como inútiles desperdicios, que rascaban el polvo,
entre la angustia, por salvar la vida,
pero la espiga de la desgracia,
solo encontró muerte y lagrimas,
y un grito de miedo y amargo tormento,
que se escucha en el aliento del viento,
al ver caer los arboles que daban sus frutos,
y que movían sus ramas de un lugar a otro,
como si estuvieran pintando el cielo,
ahora, solo serán escombros que se convertirán en polvo,
dejando a los suyos, en la oscura miseria
y el doloroso llanto, donde una mano inocente
se extenderá al cielo, pidiendo a su madre un pedazo de pan,
para saciar su hambre.
Mientras, el corazón de la tierra sigue latiendo
los cimientos y la esperanza siguen muriendo.
Así, el tiempo, se sigue deshojando,
y la tristeza de los corazones siguen pidiendo una luz
entre el negro crepúsculo, que consuela la desgracia que a dejado la cruel naturaleza,
que un día los hombres levantaron con esfuerzo
para formar la esperanza y los sueños del futuro,
a los geranios, que ahora han quedado tan solo con el llanto,
de ver entre el polvo, lo que un día seria el camino a un nuevo día
que alegrarían los arboles de verdes hojas.
Dedicado a todos mis compatriotas salvadoreños que fueron víctimas de esta tragedia natural, en nuestro pedacito de cielo.
Enviado por: Mauricio "Maury" Olivares.
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