Vivir sintiendo y amando desde el mismo instante que te vi,
desde que sentí que eras mi hombre, mi rey,
desde que ibas a ser el centro de mi universo
y el receptor de mi avasallante pasión,
de toda mi ternura, de todos mis pensamientos,
y hasta de mis tontos celos.
Despertar y dormirme con tu imagen en mi retina,
con tu voz en mis oídos, ver en el sol,
en las estrellas, en el cielo, todo tus ojos bellos.
Me impregna el alma de dulzura, tu presencia
y me siento presa sin barrotes de tu persona,
y soy tuya, sólo tuya como si mi cuerpo y mi piel
sólo hubiesen conocido las caricias de tus manos
y mi corazón jamás hubiese amado antes.
No hay huella alguna de nadie en mi
desde que tu estas…
sólo tú mi inmenso gran amor.
Enviado por: Anónimo
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