Dios mío, no me desampares en esta soledad
para que tu gracia me cubra y me de fuerzas
para poder recorrer este camino que tú me has marcado
y que lleves todas mis cargas en tus manos
para que las tires a lo profundo de la mar.
Dios mío, no dejes que mi alma sienta esta angustia
y as me libre de todo pecado que este en mi camino
para que los dardos del enemigo
no me hagan caer en sus trampas que tiene preparada
que es azufre y orín mal oliente.
Dios mío, no dejes que sienta este dolor en mi corazón
y pueda estar siempre en las bondades de tu amor
porque aunque vengan momentos difíciles
y mi alma se inunde delos mares bravíos
tu estarás siempre a mi lado.
Dios mío, no dejes que mi vida se desvanezca
y que cada día, no pueda ver la luz del sol por mi ventana
porque esta soledad despiadada
hace que derrame mis lágrimas como lluvia
y aquella alegría se convierta en tristeza.
Dios mío, lléname con tu luz resplandeciente.
Autor: Mauricio Maury Olivares.
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