Hace tiempo, que no veo detrás de la montaña
donde deje una humilde viejecita
de ojos como estrellas benditas
que es como una oración escrita con letras de oro fino
para que la vea el señor omnipotente
dueño de mi corazón y mi alma
que derrama su bendición sobre mi frente
que pidió un día tener el fruto de su vida
para poderlo cuidar como ha su propia alma
aunque su piel se vuelva arrugada
y sus cabellos blancos como hilos de plata
que se confunden con la luz de la luna
su corazón sigue siendo como un diamante
y sus palabras como parábolas de sabiduría
como el aceite que cura las heridas
y incienso que da consuelo al caído.
Bella rosa de Mayo
aunque tengas tu mirada triste
su amor es tan grande, que siempre vivirás en su mente
como el primer día que me tuviste entre tus brazos.
Algún día nos veremos y estaremos juntos
para decirte que te amo madre mía.
Autor: Mauricio "Maury" Olivares
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