La luz del sol reflejando sobre mi rostro y el ruido del tiempo alterando mi tranquilidad, me dicen que todo empieza de nuevo, tratando de entrar en razón me desplazo por el mismo camino llegando gracias al divino, al mismo destino, dudando si he de sobrevivir este día
en medio de fieras que pendientes de mi descenso, desean mi destierro.
El invento más poderoso del hombre y del que nadie tiene escape, nos dice que es hora de seguir viendo mucho más, cogiendo tu rostro con tal dureza, puedes ver? mira como lo bueno y lo malo trascurre frente a ti sin certeza, tal vez no sea como lo deseas, tal vez no te hace mal pero lo seguro es que llegas a sentir como la vida sube y baja sin desearlo, de aquellos juegos que el tiempo ha colocado en nuestro destino, ahora veo como obtuve cierta ventaja a los días para beneficio de mi angustia y necesidad, y burlándose de mi ellas mismas, me recuerdan que, cuando inocente mi vida transcurría ellas no existían ¿qué paso?
Lo certero es que la sumatoria de cada trascurrir ha creado objetivos arrastrado el afán de llegar, trayendo consigo todo lo demás, y al termino de toda actividad cuando la senectud nos alcanza volteamos la mirada hacia atrás percibimos que el camino fue duro y que vivir para uno mismo fue la mejor opción y lo único que esperamos es que alguien llore y nos extrañe cuando estemos bajo tierra.
Autor: N.Ll
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