Nunca pensé llegar a vivir en este mundo
de triste, silencioso y amor al prójimo
donde duele el mirar y garrasposo aire
que va dejando la hipocresía a flor de piel
donde las palabras sólo son palabras
y no el sentir de los demás
donde las voces de angustia y dolor
reclaman el éxtasis.
Y la luna llena vestida de verde
que ha perdido sus rayos de platas encendidos
ya no bañaran los techos de las casas
si no lloraran junto a las negras violetas
que han dejado el aroma
entre el silencio de los tristes cementerios.
Que ordinario se miran los días de soledad
donde en cada esquina se recuerda
una alma que se ha dormido
por medio del odio, que apesta a azufre
y aquella neurosis que enloquecen los sentidos
dejando tristeza y llanto en las almas ajenas
y recuerdos de los cielos que son el espejo de los mares
que con su canto de dolor dicen
que se niegan a vivir en este mundo de maldad.
Autor: Mauricio "Maury" Olivares.
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